Se aceptan cohechos impropios, especias y metálico

miércoles, 10 de marzo de 2010

Yihad, del 11-M a Hugo Chávez (1)


Se cumple el sexto aniversario del 11-M y tenemos a tres compatriotas secuestrados en Mali, por los que Al Qaeda podría estar exigiendo la liberación de salafistas encarcelados en Mauritania. En palabras del presidente Aznar a propósito del 11-M: «está claro que el terrorismo islamista ha decidido emprender una ofensiva en toda regla para imponer su tiranía opresiva».

«Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos»

Han pasado seis años y no dejan de renovarse incógnitas que parecen más allá de la razón. En eso consiste el terrorismo, una sinrazón difícilmente comprensible. Incógnitas e impotencias, derivadas éstas últimas de que el sistema judicial tiene sus límites, evidentemente, como pueda ser la muerte del acusado. La impotencia ante el hecho biológico se ve a menudo en casos judiciales que, independientemente del fondo, no pueden sustituir la labor de los historiadores, aunque tampoco sean cuestiones de mero «interés histórico en el asunto». Por ejemplo, la instrucción del juez Baltasar Garzón imputando a muertos de siglos pasados (los generales Mola, 1887-1937, Queipo de Llano, 1875-1951, Franco, 1892-1975) es un caso paradigmático en el que muchos pueden sentir injusticia. Muy parecido a Garzón es Federico Jiménez Losantos cuando, explotando ese sentimiento de injusticia, quiere absolver a los siete suicidas de Leganés (Sarhane Ben Abdelmajid Fakhet, alias El Tunecino, Jamal Ahmidan, alias El Chino, Mohamed Oulad Akcha, Rachid Oulad Akcha, Abdennabi Kounjaa, Asrih Rifaat Anouar y Allekema Lamari) y como afirma su inocencia, pide la liberación de los condenados. Ambos ejemplos, lanzadas a moro muerto, uno la mete y otro la saca.

Hay otro tipo de dudas que no son espectáculo ni ocupan horas de prime time, que sí tienen respuesta. Despejarlas o no será cuestión de tiempo, y de que los servicios públicos no cejen en su empeño. Entre ellas, las de algunos terroristas apenas entrevistos y que tienen mucho que ver con lo ocurrido aquella mañana, un jueves como éste.

Amer Azizi, el tercer hombre

Amer Azizi, alias Othman Al Andalusi, del que tenemos una brumosa referencia en octubre de 2009, cuando se halló el pasaporte de su esposa, Raquel Burgos García, en Pakistán. Según Fernando Reinares, la noche del 30 de noviembre al 1 de diciembre de 2005, un misil de la CIA acabó con su vida en Waziristán del Norte, pero otras fuentes apuntan que habría podido huir con su esposa hacia Kanigoram, la segunda ciudad de Waziristán del Sur, a diez kilómetros de Sherwangi Tor. Nada más. Y eso nos gustaría, más, porque Amer Azizi era el enlace de los distintos grupos islamistas en Europa que, a principios de 2003, aprobó los planes de El Tunecino y le dijo que podía contar con el apoyo de Al Qaeda pero sin la participación del Grupo Islámico de Combatientes Marroquíes.

Azizi participó en el mitin de Tarragona, 16 de julio 2001, con Mohamed Atta (piloto del 11-S), Ramzi Bin Al Shibh (coordinador del 11-S), Mohamed Belfatmi y el organizador de la reunión, Driss Chebli (al que Azizi traspasó el Volkswagen Golf azul hallado junto al piso de Leganés, utilizado por Sherhane El Tunecino para el 11-M, condenado en España a seis años como miembro de la célula de Abu Dahdah, y libre como un pájaro desde el 7 de abril de 2006). Amer Azizi era el superior jerárquico de El Tunecino y de Driss Chebli, a las órdenes de Mustafa Setmarian y Ben Ladem. Tras las detenciones de la operación Dátil, noviembre de 2001 a enero de 2002, vendió su coche a Driss Chebli, encargó la dirección de la célula de Madrid a El Tunecino y huyó de España disfrazado de mujer, probablemente a Irán. Tiene orden de busca y captura desde su procesamiento en 2003 junto a Ben Ladem y otros 33 miembros de Al Qaeda. Sus huellas estaban en la casa de Morata de Tajuña, y se encontró la agenda de Jamal Zougam con su número. Era responsable de reclutar marroquíes en Madrid, y junto a Abu Dahdah enviaba muyahidines a Afganistán.

Amer Azizi es, en mi opinión, aquel «tercer hombre» en la reunión de Tarragona, «lugarteniente de Al Suri» (Mustafa Setmarian) y «activador de la célula del 11-M» en 2003. Dicha activación de una célula durmiente y los preparativos del atentado fueron denunciados un año antes de la matanza, el 12 de febrero de 2003 por la esposa de Mouhannad Almallah en una comisaría de Madrid.

¿Dónde está Setmarian?

Setmarian se encontró con Ben Ladem, por primera vez, en Afganistán, 1988, y diez años después fue nombrado por el mismo Ladem miembro del consejo de la Shura (la dirección de Al Qaeda). En 2002 marchó a Iraq junto a Abu Musab al Zarqawi e hizo de enlace para Ansar al Islam con los atentados del 11-M. Después del ataque a Madrid, verano del 2004, volvió a Afganistán. Interpol lo tiene como unos de los 15 criminales con nacionalidad española más buscados. Pendiente de la orden de busca y captura emitida en Madrid. En la base de datos de la National Counterterrorism Center de los EEUU, actualizada para 2010, figura «por su papel en los atentados de Madrid 2004», arrestado en Pakistán en noviembre de 2005.


Mustafa Setmariam Nasar
Al-Qa‘ida propagandist and trainer, indicted in Spain for his role in Madrid train bombings in 2004, was arrested in Pakistan in November 2005.


Precisamente a través de Abu Dahdah encontramos a Mustafá Setmarian en España, reuniéndose en Yecla con el grupo, legal en nuestro país, Justicia y Caridad. Allí recibieron, como se sigue haciendo actualmente, la consigna de conseguir la nacionalidad casándose con españolas y engendrando la mayor cantidad de hijos posible. En una buena entrevista sobre el foco islamista de Murcia -Justicia y Caridad- de Antonio Rubio, el nuevo imam de El Algar, (en Cartagena, el anterior fue detenido por abusar de niños entre 5 y 11 años), explica el discurso de la invasión por el útero, es decir, reconquistar España casándose con españolas y comprando casas. Así lo hicieron Jamal Ahmidan, alias El Chino; Amer Azizi, que casó con Raquel Burgos; Abu Dahdah con Marisa, «una mujer progresista que en su juventud fue actriz y fue dirigida por Pedro Almodóvar» antes de tener seis hijos; y Mustafá Setmarian, casado con Elena Moreno en octubre de 1987, un año antes de convertirse en la mano derecha de Ben Ladem (a uno de sus hijos lo llamó Osama) y la izquierda del Mulá Omar.


«Al Qaeda no es una organización, no es un grupo, ni queremos que lo sea. Es un llamamiento, un referente, una metodología». -Setmarian, curso terrorista en vídeo, año 2000, aconsejando atentar contra estaciones de trenes.


Recientemente, dos hechos independientes han puesto a Setmarian de actualidad. Primero, la acogida en nuestro país del yihadista guantanamero Walid Hijazi (¡Liberad a Wali!), entrenado en uno de los campos que dirigió el sirio-español. Segundo, el juez Velasco de la Audiencia Nacional ha imputado al régimen bolivariano como cooperador de grupos terroristas. Como iremos viendo, Setmarian también tendría mucho que contar sobre lo que está pasando en Venezuela. Mirando las reacciones de la prensa no hay nada nuevo. Conste que me esfuerzo por encontrar signos de vida inteligente incluso en el diario Público, ahora que a su director lo han premiado con la Secretaría de Estado de Comunicación. Pero nada, que no hay manera.

El Pelirrojo para la policía, el jeque Mustafá para sus hombres, imam Omar Abdelkrim, Abu Musab al Suri, nombre de familia Al Haj Mohamed Nassar, más conocido por el que figura en su DNI español, Mustafá Setmarian Naser, descendiente del imam Musa al Kadem (de los 12 imanes más importantes del chiísmo iraní), es uno de los mayores misterios del islamismo en España. Reconocido por testigos como autor de la primera gran masacre islamista en España de la época contemporánea, restaurante El Descanso el 12 de abril de 1985, 18 españoles muertos y 82 heridos, que el gobierno atribuyó erróneamente a ETA (como pasaría después con el 11-M). El trabajo de la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo por el reconocimiento de aquellas víctimas y su labor para reabrir el sumario es impagable. Los servicios secretos lo relacionaron inmediatamente con el 11 de marzo, curiosamente esa misma fecha de 1986 que el sirio había elegido para regularizar su situación ante la policía española.

Hasta noviembre de 2004 el gobierno de USA ofreció 5 millones de dólares por su captura. La esposa de Setmarian afirma en una carta dirigida a la ONU que fue detenido en octubre de 2005 por agentes de Pakistán, en la ciudad fronteriza de Quetta, y entregado a oficiales americanos. El 23 de mayo de 2006 fue extraditado a USA y transferido a Guantánamo y, ese mismo día, Craig Whitlock publicaba en The Washington Post la noticia junto a un completísimo reportaje sobre el terrorista. Whitlock atribuye la fuente de la información a dos agentes de inteligencia pakistaníes, y afirma que en su interrogatorio han colaborado servicios españoles, sirios y británicos. Retrata a Setmarian como «uno de los principales teóricos de la Yihad en el mundo post-11-S».


«Los oficiales del contraterrorismo y analistas ven las teorías de Nasar en acción en los importantes atentados terroristas de Casablanca en 2003, Madrid en 2004 y Londres en 2005. En cada caso, los autores se organizaron en células locales, independientes económicamente que actuaban por su propia cuenta pero aceptando la dirección los emisarios que llegaban del movimiento global». -TWP 23 mayo 2006


En respuesta a una petición de la justicia española, junio de 2009, sobre el paradero de Nassar, el FBI dijo que no lo tenía en los Estados Unidos y que la información sobre su paradero está clasificada. De igual modo, el gobierno de los E.E.U.U. también rechazó contestar a solicitudes hechas por su esposa. Setmarian no aparece en la lista de 558 combatientes enemigos (pdf) detenidos en Guantánamo que publicó el Pentágono. Ante la petición de la American Civil Liberties Union (ACLU), la Agencia Central de Inteligencia (CIA) respondió que «no confirman ni niegan la existencia o no de expedientes» sobre él.

A continuación, en la segunda parte, analizaremos los vínculos entre Mustafa Setmarian, la Yihad internacional y el régimen bolivariano de Hugo Chávez. Los charcos, siempre de dos en dos.

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