Se aceptan cohechos impropios, especias y metálico

viernes, 28 de marzo de 2008

¿Quién tiró la 1ª piedra a Sandra Carrasco?

¿¡Cómo no!? Buceando hasta encontrar la fuente de tanta majadería no podía toparme con otra cosa:
El mismo día 9M, don Federico Jiménez Losantos -curándose en salud- ya echaba las culpas de una posible derrota a la manipulación del señor asesinado y su huérfana Sandra Carrasco, "como en el 13-M de 2004".
"Jornada de irreflexión: los juntacadáveres vuelven a hacer fortuna en el cementerio".
9 de Marzo de 2008 - 08:57:30 - Federico Jiménez Losantos
"La entrecortada y llorada, aunque leída y archicocinada alocución de una hija del último asesinado por ETA tenía una sola pero trascendental función política: absolver al PSOE en los telediarios del pecado mortal y criminal de tratar como si fuera un político más al pistolero que ha matado al padre de la muchacha. Seguramente, la manipulación ha sido eficaz: la identificación con la última víctima del terrorismo era automática, y la empatía con las huérfanas y la viuda alejaba o difería cualquier reflexión racional sobre la auténtica razón del crimen, que es que la ETA va a seguir negociando con el PSOE, golpe a golpe y muerto a muerto, porque el PSOE así lo quiere. (...)

En esta jornada de reflexión de 2008 se ha propiciado, como en el 13-M de 2004, la irreflexión, mediante un uso calculado del terror y un uso artero de la manipulación. Los terroristas y el PSOE compiten –no compinchados, eso ya me parece disparatar– en astucia y malevolencia para aprovechar el asesinato.
(...)
Es una prueba de buena fe, pero también de pasmosa ingenuidad, pensar que el PSE-PSOE, que si no culpable sí es responsable en muchos sentidos de la capacidad de matar de la banda, iba a comportarse decentemente con el asesinado aún de cuerpo presente.
(...)
En la medianoche de este día aciago, con la emoción sustituyendo a la reflexión, y el cálculo adivinatorio ocupando toda la energía intelectual que precisa la política, uno se va a la cama con la amarga sensación de que aunque no sabemos lo que influirá en las urnas el último asesinato etarra, que no será el último, y la última manipulación del PSOE, que a estas horas ya debe de ser penúltima, España se ha convertido en algo así como una república iberoamericana, sometida al terrorismo y a la corrupción, o en una Sicilia sometida a un terror corruptor informe e ilimitado, de cuya tenaza no logra escapar y que cada vez tiene menos fuerzas para hacerlo o, al menos, intentarlo.

He oído al secretario de Estado de Información decir con emoción de guión malo que a los treinta y cinco millones de españoles que pueden votar les falta uno: el muerto. Es falso, faltan cientos de víctimas, faltan todos los asesinados por el terrorismo, que, de no padecer esa lotería de la muerte reservada a los españoles del común, habrían ido a votar mañana. Pero ellos no cuentan para esa máquina de mentir cuya eficacia sólo es superada por la máquina de matar, a la que sus mentiras alimentan.
(...)

Al mismo tiempo El Mundo publicaba una "Carta abierta de una víctima de ETA a Sandra Carrasco", que rápidamente enlazaban en los comentarios de su bitácora. Echada la piedra sólo quedaba esconder la mano para dejar que los hoolligans hicieran el trabajo sucio.
Y así se suicida la derecha española, más pendiente de imbecilidades mediáticas y mercadeos varios que de lo que España les exige.

La carta de Ana Velasco está llena de sentido común en muchos aspectos, pero su objetivo es claramente político. El hecho de que personalmente se esté o no de acuerdo con lo que dice doña Ana no merma el feroz oportunismo de quienes la publicaron. Una sencilla carta de solidaridad con la familia no hubiera salido jamás en el periódico de Ramírez:
"Hoy, desgraciadamente, tengo muchas certezas sobre quién ha conseguido objetivos políticos a costa de su muerte y de tantas otras".
De este modo, Ana Velasco recalca en su carta publicada por El Mundo que "tienes razón, nadie debe manipular a las víctimas, pero, tristemente, he de decirte que su mera existencia es fruto de la voluntad de los asesinos de manipular a la sociedad".
Muy de acuerdo, doña Ana, pero no sólo de "los asesinos", pues en España, desde el 11 de marzo de 2004 no se hace otra cosa que eso mismo: manipular a los muertos, y no por los asesinos...

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