Se aceptan cohechos impropios, especias y metálico

sábado, 20 de septiembre de 2008

Buitres de Zama. Falsas víctimas y carroñeros

Siempre hay quienes exprimen las grandes catástrofes humanas en beneficio propio. Son carroñeros sistemáticos, profesionales de lucrarse «sin ánimo de lucro» y/o buscadores de dramas donde proyectar filias o fobias. Su obsesión —cual sea— les lleva a menudo a disfrazarse de víctimas, siendo una verdadera víctima porque las de verdad no cumplen su papel comme il faut. Enfermos, fanáticos o caraduras, los dos onces que cambiaron América y Europa respectivamente no se han visto libres de ellos.

Tania Head

Hace apenas seis meses, en febrero de 2008, alguien comunicó desde una dirección electrónica en España que Alicia Esteve se había suicidado. No era muy conocida por ese nombre sino por el de Tania Head, la víctima más famosa de la Red de Supervivientes del World Trade Center, de hecho su presidenta, la guía preferida de la Zona Cero y la cara de las víctimas para el mundo. Nadie dudó de ella durante casi 5 años: el actual alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, el que lo fue durante el 11-S, Rudolph Giuliani, o el ex gobernador del Estado, George Pataki, le rindieron sentidos homenajes. Pero el 26 de septiembre de 2007 The New York Times lanzó las primeras sospechas de fraude, el 29 de septiembre La Vanguardia terminaba por desvelar la impostura y, un día después, de nuevo The New York Times se hacía eco de la tremenda farsa que había protagonizado durante un lustro la española Alicia Tania Esteve Head.

Alicia Esteve cruzó el charco y se presentó en la ciudad que nunca duerme para soñar su propio Wonderland. Se convirtió en Tania Head. Pero nunca trabajó en la planta 78 de la torre sur, ni en Merrill Lynch, ni en Andersen Consulting, no era novia del fallecido Dave, no la salvó el hombre del pañuelo rojo Welles Remy Crowther —él sí un auténtico héroe, bombero voluntario de 24 años que salvó a 18 personas antes de morir—, ni estuvo 5 días en coma en un hospital neoyorquino, ni fue una de las 19 supervivientes por encima de donde impactó el avión, ni era hija de diplomáticos (salvo que los estafadores pertenezcan ahora a la noble carrera)... De hecho, ni siquiera estaba en Nueva York cuando se produjo la tragedia: Alicia dejó un curso en la escuela de negocios ESADE de Barcelona y, según La Vanguardia, el 19 de septiembre de 2001 todavía asistía a clases. En realidad, hasta 2003 no puso los pies en Estados Unidos. Hace una semana, Channel Four estrenó un documental sobre su farsa: The 9/11 Faker.

Ahora Alicia se ha «suicidado». En todo caso se desconoce su actual paradero. Al parecer, Alicia no cometió delito alguno, ni siquiera se aprovechó económicamente, y la justicia, la estadounidense o la española, no tiene más que decir.

Otros casos

El sacerdote vasco Martín María de Arrizubieta, icono de la izquierda y del nacionalismo vasco durante el franquismo, contaba en sus memorias cómo pasó la II Guerra Mundial en campos de concentración alemanes. Aquel luchador de la izquierda abertzale era en realidad un nazi, seguidor de Hitler y Sabino Arana, miembro de la División Azul junto a un centenar de nazis vascos más, y estuvo los últimos años del III Reich en Berlín dirigiendo y editando Enlace, la mayor revista de propaganda hitleriana en español. Arrizubieta promovía la invasión de España por Hitler para instaurar un régimen nacionalsocialista auténtico —porque Franco le parecía un liberal— y conseguir así que las Vascongadas se independizaran del resto de España, que no era racialmente pura. (seguir leyendo aquí)

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