Se aceptan cohechos impropios, especias y metálico

viernes, 7 de mayo de 2010

11-M Peones negros: la culpa es de Aznar

Un par de semanas ha, los de Libertad Digital decidieron censurar a sus lectores conspiracionistas, todavía más. Moderación de comentarios, lo llaman. De este modo han expulsado a todos los molestos peones que ya no sabían a qué atenerse con tanta contradictoria teoría. Quienes fueron la base para el éxito comercial de LD se encuentran ahora atravesando el desierto sin Moisés, férreamente censurados por los mismos que se forraron a su costa, pero también sin filtros en el delirio. Ahora buscan otras plataformas donde poder desbarrar a gusto.

¿El motivo principal de la discordia? Los peones se han percatado tras seis años hinbestigando de que el gobierno que dirigía todo durante aquel once de marzo era del PP, y su presidente, Aznar. Han llegado a la conclusión de que el principal malo de su película, traidor, conspirador, encubridor y golpista -como poco- es José María Aznar:
La falsa versión oficial islamista con que nos engañaron a todos, encubriendo a los asesinos y propiciando el triunfo electoral de ZetaP, es una decisión de Aznar, la puso él. ¿Por qué? Es Aznar quien lo sabe y a quien hay que exigir la verdad. Nadie esperará que ni ZetaP ni Rubalcaba revelen que se esconde tras tanta mentira. Cabría esperar que Aznar sea algo mejor que ellos o, al menos, que la presión que le suponga el verse desenmascarado haga que le interese desvelar la verdad. Si Aznar nos rindió el 11-M, encubriendo a los autores con la versión islamista oficial, él sabrá porqué lo hizo y ante quien. Aunque ahora sólo caben realizar especulaciones, parece evidente que nos tuvo que rendir por estar chantajeado o por obedecer órdenes superiores, pudiendo concurrir las dos explicaciones. Sobre todo, Aznar sabe ante quien nos rindió a los españoles, dejándonos en las garras del destructivo ZetaP. Durante los seis largos años de éste infame e ilegítimo gobierno, Aznar contempla inactivo el pacto con ETA, la destrucción de la Constitución por el estatuto catalán y otras leyes, la crispación y el enfrentamiento social provocado deliberadamente por ZetaP, los programas zapateriles de ingeniería social, el fomento del guerracivilismo, la ruina de la economía española mediante el endeudamiento masivo promovido por ZetaP. En fin, la destrucción de la nación española, que ZetaP anunció solemnemente en el Senado al cuestionar su existencia. Ahora vemos con nitidez, mientras exasperadamente lo sufrimos, el programa completo de destrucción de los asesinos del 11-M, a quiénes Aznar conoce porque nos rindió a ellos, y los encubrió y encubre todavía con su versión islamista oficial.

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