Se aceptan cohechos impropios, especias y metálico

viernes, 18 de enero de 2008

Los conspiranoicos defenestran a Gallardón

El último episodio de la estrategia: la defenestración de Gallardón.

El Tigre del PP y su poderosa derecha.
Rajoy, el Tigre del PP

Conspiranoia’ documenta que Pedro Jota y Losantos han utilizado las víctimas del 11-M para dominar al PP

El libro ‘Conspiranoia’, publicado por Editorial Rambla y del que es autor el periodista Enrique de Diego, documenta cómo Pedro Jota y Losantos utilizaron a las víctimas del 11-M para influir en las querellas internas del PP y dominar a ese partido. La culminación de esa estrategia ha sido la defenestración de Alberto Ruiz-Gallardón en un golpe palaciego en Génova. Previamente Gallardón había sido objeto por Losantos y Pedro Jota de una dura campaña de desprestigio por ser el único dirigente del PP que no se plegó a las teorías conspiracionales.

Tras la Comisión de Investigación del 11-M, y la negativa del Gobierno a conceder una televisión analógica a El Mundo, cuestión que ‘Conspiranoia’ relata con pelos y señales, es cuando la pinza del citado diario y la cadena de la Conferencia Episcopal van imponiendo sus fabulaciones –falsamente revestidas de investigaciones periodísticas- al Partido Popular, y sobre todo a un sector, mientras se arremete contra Alberto Ruiz Gallardón, al que se llega a acusar de insensibilidad hacia las víctimas de la masacre de Atocha.

Durante todo el año 2006, el Partido Popular, su secretaría general y su grupo parlamentario, actúan como altavoces de Losantos y Pedro Jota y siguen a pies juntillas sus consignas. El 5 de marzo de ese año, Eduardo Zaplana acusa a Zapatero de ocultar la autoría del 11-M. El 15 de marzo de 2006, la presentación del libro “11-M. Demasiadas preguntas sin respuesta”, de Jaime Ignacio del Burgo, editada por La Esfera de los Libros, se convierte en un aquelarre conspiranoico. Eduardo Zaplana va más allá:
“Jamás vamos a aceptar el silencio desde nuestro papel de oposición, y nos vamos a negar al seguimiento de esas verdades oficiales en las que nos quieren instalar”.
Zaplana maneja, con soltura y desparpajo, el lenguaje de la secta.

El 15 de marzo de 2006, Jaime Ignacio del Burgo, el diputado más integrado y que saca más provecho de la conspiranoia, declara, en sede parlamentaria, que
“nadie se cree que los moritos de Lavapiés fueran capaces de actuar solos”.
Y durante los meses siguientes, tanto él como Alicia Castro se prestarán de buen grado a la estrategia de intentar desprestigiar al juez Juan del Olmo, presentándole como mera marioneta de torticeros intereses policiales.
(Fotos de El Mundo y comentarios en rojo cortesía de 3díasdemarzo)
Mercaderes
viernes 22 y domingo 31 octubre 2004

Sin embargo, Rajoy, el 30 de marzo, pone tierra de por medio respecto a la estrategia que está siguiendo su propio partido y su grupo parlamentario, descartando la participación de ETA en el 11-M y afirma que nunca consideró posible esa relación. Pero el 2 de abril, Jaime Ignacio del Burgo insiste en que
“se han ocultado y manipulado pruebas”
y dos días después tanto Alicia Castro como Eduardo Zaplana avalan la información falsa de El Mundo sobre la existencia de una tarjeta del Grupo Mondragón en la Renault Kangoo y piden al juez Del Olmo que “abra bien los ojos”.
Resulta chocante la obsesión del Partido Popular por desacreditar su propia investigación, pura sumisión a lo que se le indica desde El Mundo y se le vocea desde las mañanas de la COPE. Así, el 19 de abril de 2006, la diputada Alicia Castro declara que
“a día de hoy, sabemos que tanto la furgoneta Kangoo como el Skoda Fabia y la famosa mochila número 13 pudieran ser pruebas no reales, que se habrían dejado como señuelos para dirigir la investigación policial”.
Y el 8 de julio, Jaime Ignacio del Burgo indica que
“el cierre del sumario es una pésima noticia porque los españoles nos quedamos sin saber quién hizo y promovió un atentado que provocó un auténtico terremoto político en España”.
En flagrante contradicción con su persistente línea, el 8 de agosto de 2006, el mismo diputado navarro dice:
El Partido Popular no ha hablado jamás de conspiración, ni de que ETA estaba en el atentado”.

En septiembre de 2006, el Partido Popular concede credibilidad a las declaraciones de José Emilio Suárez Trashorras al diario El Mundo y centra en ellas su estrategia parlamentaria. Ángel Acebes pide
“una revisión exhaustiva en todos los ámbitos de las investigaciones”
y, en una nueva contradicción, Jaime Ignacio del Burgo retorna a la conspiranoia:
“La versión oficial se ha derrumbado. Ha habido conspiración para evitar que se conozca la verdad del 11-M y esto es muy grave”.
El 13 de septiembre, en el momento de mayor desfonde moral del PP y de sumisión a la derecha pagana, Eduardo Zaplana presenta una interpelación urgente sobre el esclarecimiento de la verdad de los hechos relacionados con el 11-M. El día 21, Acebes y Zaplana afirman que
“en la investigación del 11-M se han manipulado informes y se han destruido pruebas”.

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