Varios terroristas llevan una semana en huelga de hambre en sus respectivas prisiones. La moda de hacerse el víctima tomando calditos y jamón la inició el asesino ultraderechista de ETA Ignacio de Juana Chaos. Alentados desde algunos medios de comunicación, 14 de los imputados del 11M se pusieron en huelga de hambre, porque consideraban las acusaciones injustas. La potente máquina mediática de la conspiranoia, llevó a varios de los procesados en mayo de 2007 a un ayuno porque "la presión política y mediática dañaba la imparcialidad del proceso". En noviembre de 2007 volvieron al régimen de sopitas para protestar contra las sentencias dictadas por la Audiencia Nacional el 31 de octubre de 2007, y ahora protestan Jamal Zougam, Yusef Belhadj, Fouad Morabit y Hassan el Haski -el "núcleo duro", dice El Mundo- a ver si algún defensor de terroristas les da una portada, porque consideran la sentencia "injusta" y que se han vulnerado sus derechos fundamentales.
La Ley, y la tozudez de la realidad, vuelve a quitar la razón a los asesinos y a sus apoyos mediáticos (esta frase, si no estuviéramos en España, sí parecería irreal).
El Tribunal Constitucional rechaza los recursos de varios condenados por el 11-M
El Tribunal Constitucional, en un Auto 10/06/2009, ha decidido no admitir los recursos de amparo presentados por varios de los condenados por los atentados del 11-M. Se trata de Youssef Belhadj, Hamid Ahmidan, Fouad el Morabit y Rafá Zouhier.
El alto tribunal ha examinado los recursos presentados y ha dictaminado que los recurrentes no han justificado la "especial trascendencia constitucional" de sus alegaciones que, según el Constitucional, es "algo más y distinto a la mera afirmación, sobre cuya verosimilitud nada cabe decir de que el propio derecho fundamental ha sido violado. El citado órgano precisa que esa "omisión impide la admisión a trámite del recurso".
Los abogados han iniciado el proceso de recurso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
También José Emilio Suárez Trashorras planteó un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional, presentado por el hijo de su abogado durante el juicio del 11-M, Gerardo Turiel. Suárez Trashorras, condenado a más de 34.000 años de cárcel, de los que cumplirá como mucho cuarenta, se aferra a la idea de que se cometieron graves infracciones en el proceso que llevó a su detención. Trashorras declaró ante policías llegados de Madrid sin presencia de un abogado que le asesorase y no fue detenido oficialmente hasta instantes antes de su traslado a la capital de España, una vez desveló sus contactos con Jamal Ahmidan, «El Chino».
Precisamente ayer debería haber comparecido ante el Juzgado de lo penal número 3 de Oviedo el marroquí Rafá Zouhier, para responder de un presunto delito de robo con fuerza, concretamente de un robo en una joyería de Parque Principado cometido en el verano de 2001. El juicio se suspendió al estar enfermo uno de los tres acusados.
Fue precisamente ese robo el que le llevó a la prisión de Villabona, donde se hizo amigo de Antonio Toro. En febrero de 2003, ambos volverían a contactar, con el fin de que Toro le entregase una muestra de dinamita. El encuentro fue vigilado por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que estimó que el asunto no era muy serio y descargó el asunto de la Guardia Civil asturiana. Se encontrarían más tarde, en Madrid, donde Toro y Trashorras le entregarían un detonador por cuya explosión accidental sufrió lesiones que le llevaron al hospital. Zouhier siempre ha declarado que informó de sus movimientos a la Guardia Civil, de la que era confidente.
Atentados del 11-M
La Audiencia Nacional condenó a Zouhier a diez años de cárcel por haber sido el intermediario en la venta de dinamita de Asturias a los islamistas.
Robo en Parque Principado
El fiscal pide para Zouhier cuatro años de prisión por el robo de una joyería en Parque Principado el 18 de septiembre de 2001.
KRISTOPHER ZAIR PARRA OSORIO GRADO 6·
Hace 1 semana
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